miércoles, 3 de abril de 2013

Mira bien, porque las cosas buenas suelen ser demasiado pequeñas

Hoy hace ya cinco años que tome la decisión que más me ha costado asimilar en la vida. Hace cinco años deje la el aeróbic.

Me acuerdo que siendo pequeñita mi madre me llevo por primera vez a una academia (yo tendría unos 6 años). Para ser sincera al principio me apunte a clásico... pero definitivamente tras estar dos años yendo a clases descubrí que no me gustaba. 

En ese momento cuando abandone el baile no quería apuntarme a nada más, quería salir con mis amigos por las tardes, ir al parque, jugar a escondite. Pero mi padres estaban empeñados en que me apuntaría a algo, no sé sinceramente el porque. Pero tras buscar un poco me apunte a aerobic. 

Yo creo que apuntarme fue una de las mejores cosas que habré hecho en toda mi vida. Ahí conocí a gente fantástica  con algunas de ellas todavía me llevo genial, mi nueva entrenadora nos trataba a todas por igual y respetaba nuestros limites. Todos los momentos eran importantes, muchas de ellos inolvidables: cuando fuimos a una casa rural y nos dedicamos a echarles pasta de dientes a las peques, cuando nos encerraron en el baño, los días de competiciones que al llegar veíamos los vídeos y comíamos todas juntas, las excursiones a comer al monte, los días de clase en la piscina, cuando en las competiciones ibamos con pancartas y con el bombo, los días de relax y los de cuatro horas sin parar antes de las competiciones.... podría tirarme escribiendo siglos, pero finalmente me entraría la nostalgia y no me apetece ponerme muy sentimental.

El caso es que un año me borre. Y lo curioso es que cinco años más tarde me sigo arrepintiendo. La verdad lo hecho de menos. Y todo fue por cabezonería, nunca he ido muy allá en los estudios, pese a que no he repetido, pero tener detrás la constante amenaza de que si no aprobaba me borrarían ya me harto, y un día de estos de los que actúas sin pensar me borre. Sin más. Se lo dije a mis compañeras y me borre. Y desde entonces todos los veranos digo "si apruebo me apunto" pero el caso es que aprobándolo todo o sin aprobarlo nunca me he apuntado.

En septiembre de este año le pregunte a una amiga si seguían dando, me dijo que no, que de vez en cuando se juntaban pero que mi categoría se había esfumado, así que ya aunque quiera no puedo.


Siento un pequeño vacío desde que lo deje, siento que cuando de verdad valía para bailar lo tire todo por la borda y tome el camino fácil y sé que es algo de lo que siempre me arrepentiré  Mis padres nunca llegaron a saber cuanto lo echaba de menos, algunos amigos sí... aunque no creo que lo entendieran. Así que hoy he decidido compartir mi pequeña historia (o pequeño fracaso).

Desde la experiencia te digo que nunca actúes de una forma porque te veas presionado por los demás, piensa y luego actúa. Te ahorraras a la larga mucho pesar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario